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CARROS DE FUEGO
Curiosamente el relato tuvo un inesperado paralelismo con la actualidad, pues apenas un año antes en los juegos olímpicos de Moscú de 1980, los atletas de media distancia Sebastian Coe y Steve Ovett, habían vivido una rivalidad mítica en la historia del olimpismo.
Tan reconocida y memorable como el propio film es su banda sonora de Vangelis.
Todos los hombres de la aldea gala se dirigen a Atenas a participar en los juegos. Se las prometen muy felices debido a la poción mágica, pero cuando llegan se dan cuenta de que no podrán usarla debido a las estrictas normas de los griegos.
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