Umberto Eco, semiólogo,
filósofo y novelista, sus profundas inquietudes intelectuales se han
dejado sentir desde el arranque de su carrera literaria. Su obra es
reflejo del sinfín de estudios que ha abordado en múltiples campos
que van desde lo medieval hasta la poética de vanguardia o la
comunicación de masas. Doctor honoris causa en 25 universidades de
todo el mundo, posee numerosos galardones y condecoraciones,
destacando entre ellas el premio Príncipe de Asturias y la Legión
de Honor francesa. Fue profesor de semiótica y presidente de la
Escuela Superior de Estudios Humanísticos en la Universidad de
Bolonia.
"El
libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez
se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado
la prueba del tiempo... Quizá evolucionen sus componentes, quizá
sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que
es." Umberto
Eco
DESDE
LA BIBLIOTECA UN HOMENAJE A ESTE GRAN SABIO.
ACÉRCATE
A SU OBRA LLEVÁNDOTE ALGUNA DE SUS OBRAS EN PRÉSTAMO
Valiéndose
de características propias de la novela gótica, la crónica
medieval, la novela policíaca, el relato ideológico en clave y la
alegoría narrativa, El nombre de la rosa narra las actividades
detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los
crímenes cometidos en una abadía benedictina... Y a esta
apasionante trama debe sumarse la admirable reconstrucción que no se
detiene en lo exterior sino que ahonda en las formas de pensar y
sentir del siglo XVI.
Tres
intelectuales que trabajan en una editorial de Milán establecen
contacto con autores interesados en las ciencias ocultas, las
sociedades secretas y las conjuras cósmicas. En un primer momento
dicha relación se mantiene estrictamente profesional, pero poco a
poco van estrechándose los lazos. Editores y autores inventan
juntos, por puro juego, un complejo «plan», urdido supuestamente
por los templarios siete siglos atrás. Pero alguien toma demasiado
en serio el juego, y todos ellos se verán inmersos en una
inquietante pesadilla.
Es
triste despertarte una mañana en una cama de hospital y ser incapaz
de reconocer a tu mujer y a tus hijos, abrir los ojos y no recordar
cuál es tu profesión, ni dónde vives o cuáles son tus gustos a la
hora de comer y beber. Esa es la desconcertante realidad de
Giambattista Bodoni, Yambo para los amigos, un hombre de sesenta años
que, tras sufrir un accidente, ha perdido la memoria personal, la más
ligada a las emociones, y ve su propia vida como si acabara de
inaugurarla. Para ayudarle en el proceso de recuperación, su esposa
insiste en que pase una temporada en el caserón de Solara, un pueblo
en las colinas piamontesas. Aquí Yambo vivió su infancia, y en el
desván están guardados los libros, los tebeos, los discos, los
recortes de periódico y los carteles de las películas que lo
acompañaron en los primeros años de su vida. Nuestro hombre inicia
entonces una labor casi detectivesca por volver a dibujar el pasado a
través de estos objetos, que para Yambo no son recuerdos sino
hipótesis de trabajo, cosas nuevas que le hablan de un mundo que fue
el suyo y el de todas las personas que vivieron en primera persona
los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Jugando
con la nostalgia y la ironía, Umberto Eco ha convocado en La
misteriosa llama de la reina Loana todos los colores del pasado para
contarnos la vida de un hombre que, buscando saber quién es,
encuentra lo que todos fuimos.
Una
joya de arte en la que el maestro Eco nos lleva de la mano en un
paseo por la historia del arte y la literatura de Occidente.
Hace
muchos, muchísimos años, ya había mujeres y hombres que leían, y
hoy seguimos haciéndolo. Ahí estamos, perdidos en las páginas de
una buena novela o un poema que nos consuela, intrigados por las
propuestas de un nuevo ensayo o echando un vistazo a ese libro
ilustrado que reclama nuestra atención en la librería… lo que sí
ha cambiado es el soporte que acompaña los textos, y aun nos esperan
nuevos cambios. Desde el papiro y los códices, el libro evolucionó
hacia el papel, y un buen día, hacia 1450, el señor Gutenberg
convirtió el libro en un placer accesible a la mayoría. Ahora los
soportes multimedia ofrecen nuevas posibilidades de lectura y hay
quien ya piensa con nostalgia en la textura del libro impreso,
despidiéndose de él como de un amigo fiel que está a punto de irse
para no volver.
De estos temas trata Nadie acabará con los libros, una charla erudita y amena entre dos hombres que han escrito mucho y son ávidos lectores, que coleccionan libros y nos llevan a su biblioteca para comentar gustos y manías, para contarnos por qué hubo épocas en que las obras maestras florecían y otras en que la estupidez y la pedantería campaban a sus anchas, para explicarnos cómo funciona la memoria y cómo podemos hacer realmente nuestro lo que aprendemos.
De estos temas trata Nadie acabará con los libros, una charla erudita y amena entre dos hombres que han escrito mucho y son ávidos lectores, que coleccionan libros y nos llevan a su biblioteca para comentar gustos y manías, para contarnos por qué hubo épocas en que las obras maestras florecían y otras en que la estupidez y la pedantería campaban a sus anchas, para explicarnos cómo funciona la memoria y cómo podemos hacer realmente nuestro lo que aprendemos.
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