martes, 14 de febrero de 2012

AHORA EN EL CINE

VEN A LA BIBLIOTECA Y LLÉVATELOS EN PRÉSTAMO 

ARRUGAS
Premio nacional del comic 2008

 

Emilio ha pasado de los setenta años y empieza a tener pérdidas de memoria. Su carácter se ha vuelto impredecible e irritable, por lo que sus hijos lo ingresan en una residencia de mayores. Allí comparte cuarto con Miguel, un jubilado pillo y socarrón que se divierte como puede a costa de los demás inquilinos. La rutina de su vida se rompe cuando Emilio descubre que su dolencia es el Alzheimer, y que pronto no podrá valerse por sí mismo. Pero Miguel no quiere darse por vencido y traza un plan para engañar a los médicos para evitar que se lleven a Emilio a la planta de impedidos.


La película se ha estrenado en los cines el 27 de enero.
Cuenta con 2 nominaciones a los premios Goya, al mejor guión adaptado y a la mejor película de animación.


 

CRIADAS Y SEÑORAS
Skeeter, de veintidós años, ha regresado a su casa en Jackson, en el sur de Estados Unidos, tras terminar sus estudios en la Universidad de Mississippi. Pero como estamos en 1962, su madre no descansará hasta que no vea a su hija con una alianza en la mano.
Aibileen es una criada negra. Una mujer sabia e imponente que ha criado a diecisiete niños blancos. Tras perder a su propio hijo, que murió mientras sus capataces blancos miraban hacia otro lado, siente que algo ha cambiado en su interior. Se vuelca en la educación de la pequeña niña que tiene a su cargo, aunque es consciente de que terminarán separándose con el tiempo.
Minny, la mejor amiga de Aibileen, es bajita, gordita y probablemente la mujer con la lengua más larga de todo Mississippi. Cocina como nadie, pero no puede controlar sus palabras, así que pierde otro empleo. Por fin parece encontrar su sitio trabajando para una recién llegada a la ciudad que todavía no conoce su fama. A pesar de lo distintas que son entre sí, estas tres mujeres acabarán juntándose para llevar a cabo un proyecto clandestino que supondrá un riesgo para todas. ¿Y por qué? Porque se ahogan dentro de los límites que les impone su ciudad y su tiempo. Y, a veces, las barreras están para saltárselas.
 


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