
MIGUEL
DE CERVANTES Y WILLIAM SHAKESPEARE,
y
en el que se entrega el PREMIO CERVANTES,
el más importante de la lengua castellana.
Recordamos
en el punto de interés temporal a algunos de los galardonados y
algunas de sus obras.
¡Ven
a la biblioteca y llévatelas en préstamo!
Tejida de realidad y leyenda, de pasado y presente, Olvidado Rey Gudú constituye también una gran metáfora del alma humana y su historia, alentada por los deseos y las inquietudes que desvelan al ser humano desde hace siglos.
En esa taberna del barrio de Gracia, es testigo de la historia de amor entre Vicky Mir y el señor Alonso: ella, una mujer entrada en años, masajista de profesión, ingenua y enamoradiza; él, un cincuentón apuesto que empezó frecuentando a la mujer para curarse de una lesión en el pie y ha acabado instalándose en su casa. Allí viven junto a Violeta, la hija de la señora Mir, hasta que sucede algo inesperado: un domingo por la tarde, Vicky se echa a las vías de un tranvía intentando un suicidio imposible y patético, mientras el señor Alonso desaparece para no volver. Lo único que queda de él es una carta que prometió escribir y que Vicky estará esperando y deseando hasta la locura, mientras Violeta mueve sus espléndidas caderas por el barrio, hosca eindiferente a los halagos.
La vida entera discurre por el bar de la señora Paquita y bajo la mirada de Ringo, que escucha, lee, y finalmente empezará a escribir, llenando de luz esa triste caligrafía de toda una generación que alimentó sus sueños en los cines de periferia y en las calles grises de una ciudad donde el futuro parecía algo improbable.
La obra más autobiográfica de Juan Marsé.
Un
tal Pablo Picasso andaba por la ciudad haciendo retratos a las
señoritas que se dejaban: la Tía Algadefina se dejó y la sacó en
bolas,
es el comienzo de una novela en la que descubrimos que las tías de
Francesillo, habitual alter ego de Umbral,
fueron las verdaderas modelos de Las
señoritas de Aviñón (y
es que no hay más que mirar el cuadro para comprender que aquellos
desnudos no son de meretrices de Barcelona, sino de señoritas bien
de Madrid).
Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, desgrana ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez un homenaje y un exorcismo del dolor que siente por la muerte prematura de su esposa, Ana, «una mujer que con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir». Ana desprendía tanta belleza y plenitud que iluminabla la grisura cotidiana y los sinsabores de su enfermedad, de ahí el desconsuelo del pintor tras su pérdida.
Una de las novelas más bellas y conmovedoras de Miguel Delibes. Un canto al amor maduro, sereno, de toda una vida.
Publicada
inicialmente en 1942, La
familia de Pascual Duarte marca
un hito decisivo en la literatura española y es, después del
Quijote, el libro español más traducido a otras lenguas. Pascual
Duarte, campesino extremeño hijo de un alcohólico, nos cuenta su
vida mientras espera su propia ejecución en la celda de los
condenados a muerte. Víctima de una inexorable fatalidad, Pascual
Duarte es un ser primitivo y elemental dominado por la violencia,
única respuesta que conoce a la traición y al engaño. Pero esa
siniestra apariencia no es más que la máscara que oculta su
incapacidad para luchar contra la maldad de los demás y la desvalida
impotencia que alberga en el fondo de su alma. La familia de Pascual
Duarte ha ganado con los años fuerza y dramatismo y su protagonista,
que no ha perdido el encanto primigenio, es ya un arquetipo de
alcance universal.
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